Esta vez la promesa es clara: decir adiós a los combustibles fósiles y abrazar las energías renovables. Pero, ¿este salto es tan grande como parece?
El compromiso de la cumbre en Dubái es audaz: iniciar la transición hacia energías limpias para alcanzar el cero neto para 2050. Para algunos, es el principio del fin del petróleo, gas y carbón. Un hecho que resuena aún más siendo EAU, un gigante petrolero, el lugar de nacimiento de este acuerdo.
Pero aquí es donde el optimismo topa con la realidad. No hay fechas concretas ni promesas firmes, y las voces de los países petroleros han ablandado la resolución. La oferta de $700 millones para apoyar a los países afectados por el cambio climático es un gesto, pero ¿es suficiente?
Las reacciones varían desde el júbilo de algunos líderes occidentales hasta el cauteloso aplauso de la comunidad científica. Mientras que el presidente de la cumbre pinta un futuro brillante, los estados insulares ven "lagunas jurídicas". La científica climática Chole Brimicombe teme que el acuerdo no esté a la altura de la ciencia, y desde el WWF claman por la eliminación total de los combustibles fósiles.
¿Estamos realmente a las puertas de "la era de los combustibles fósiles"? El acuerdo de la COP28 es un paso, quizás pequeño, pero ¿será el avance exponencial que necesitamos?
La COP28 nos deja con un pie en la senda verde y una mirada fija en el horizonte. La pregunta persiste: ¿Caminaremos lo suficientemente rápido para alcanzar un futuro habitable?
Photo by COP28 Mahmoud Khaled