Mi madre era hija de la posguerra española. Es una generación que sabe el valor de cada céntimo (peseta) y que no tuvo que aprender a reciclar porque ya lo había hecho siempre por necesidad y porque había crecido en un entorno mucho menos artificial que el de ahora.
Sus hijos y nietos nos burlábamos de su costumbre de desenvolver los regalos con sumo cuidado y conservar los papeles “para la siguiente ocasión”. Nos burlábamos, pero le ayudábamos a hacerlo; por complacerla y porque, en el fondo, sabíamos que tenía razón.
¿Y si podemos hacer que el acto de dar sea tan sostenible como emocionante? Algunas sugerencias:
Papel reciclado y reciclable:
Comencemos con lo básico. Utiliza papel reciclado o asegúrate de que el papel de envoltura que compres sea reciclable. Evita aquellos con brillos o plásticos que no se puedan procesar fácilmente.
Envoltorios-Regalo:
Los pañuelos de tela, conocidos en Japón como furoshiki, son una opción elegante y práctica. Envuelve tu regalo en un pañuelo que luego pueda ser utilizado de muchas otras formas por el receptor.
Otra bonita opción son cajas de regalo elaboradas con materiales sostenibles que puedan formar parte del regalo en sí. Cajas de bambú o de cartón artesanal pueden ser tan atractivas como prácticas.
Materiales Naturales:
Hojas secas, ramas, flores y otros elementos naturales pueden dar un toque rústico y único a tus regalos. Además, se descomponen sin dejar rastro.
Papel de periódico y revistas:
Para un enfoque vintage o bohemio, reutiliza páginas de periódicos y revistas. Es una excelente manera de reciclar y el resultado es una estética chic y consciente.
Decoración comestible:
Utiliza galletas con formas y lazos hechos de regaliz o cualquier otro dulce que pueda ser consumido. ¡Sabor y sostenibilidad en un mismo paquete!
¿Piensas que se van a reír, extrañar, ofender… según el tipo de envoltorio alternativo que utilices? Seguramente no será para tanto. Y, lo que es mucho más importante: estarás siendo original y crearás conciencia, enviarás un mensaje positivo y creativo, sobre todo si son regalos infantiles.
Después de todo, en el fondo, todos sabemos que es lo correcto.