Cuando se presentan estas campañas de concienciación, de calibre tan grande y oficial, cuesta no plantearse dudas sobre su eficacia y sobre la verdadera implicación de quienes las promueven.
Y, sin embargo, a veces es necesario simplemente ver el lado positivo y la necesidad de concienciación. Porque en esta cuestión, como en tantas otras, las pequeñas decisiones de mucha gente tienen un gran impacto.
Por actualidad, hablemos de la Semana Europea de Prevención de Residuos (EWWR).
Creada para impulsar la conciencia y la acción en torno a la reducción de residuos, ofrece una plataforma para que organizaciones y ciudadanos de toda Europa presenten soluciones innovadoras y compartan mejores prácticas. La información detallada está disponible en su sitio web, https://ewwr.eu/esp/, donde también se pueden encontrar datos sobre actividades pasadas y futuras.
Al margen de resultados concretos, que es siempre más lento y complejo de averiguar de loque nos gustaría, la idea es sin duda positiva, porque intentan fomentar la participación y la portación de ideas.
Sin duda la campaña y su promoción han logrado incrementar la visibilidad de estrategias de reducción de residuos y ha motivado a muchas personas a adoptar hábitos más ecológicos. La iniciativa también destaca la importancia de la jerarquía de residuos, priorizando la prevención, la reutilización y el reciclaje por encima de la eliminación.
También puede aportar información valiosa sobre los niveles de participación, los puntos débiles según diferentes regiones y núcleos de población y la capacidad de mantener y transformar ese entusiasmo inicial.
Ojalá la EWWR y otras campañas similares brinden un punto de partida para dialogar y actuar sobre los residuos. Por lo menos nos recuerdan que, aunque hay desafíos, también existe un potencial considerable para mejorar la forma en que manejamos los recursos y los residuos.