Si en casa tenéis el hábito de clasificar los envoltorios de plástico y papel para llevarlos al reciclaje, seguramente te habrá asombrado la rapidez con la que se forman montañas de residuos. Y si sois familia de tres o más miembros, ya no digamos.
Podemos tomar algunas medidas para reducir la cantidad de envoltorios y para reutilizarlos, pero realmente no es gran cosa lo que podemos hacer individualmente si quienes producen esos residuos no se implican. Aunque, para empezar, podemos escoger productos con menos embalaje o con envoltorio sostenible, con lo que estaremos enviando un mensaje: nuestro comportamiento de consumo influye enormemente en las grandes decisiones, mucho más de lo que pensamos.
Vamos a revisar los tipos de embalaje ecológico más comunes y cómo podemos distinguirlos.
Definición de envase, envoltorio o embalaje ecológico
Este es el primer problema, porque depende de la perspectiva: si reduces la cantidad ya es una iniciativa consciente, pero también dependerá de los materiales que se utilicen. Las distinciones más comunes que encontramos en los envoltorios son:
Ecológico (término en realidad muy amplio y matizable).
Orgánico
Libre de plásticos
100 % (o en parte) reciclado
Reutilizable
En definitiva, se trata de que, en la elaboración y transporte de productos, cada vez se tenga más en cuenta su «ecodiseño» o «diseño ecológico». Que según la norma ISO 14006, consiste en la «integración de aspectos ambientales en el diseño y desarrollo del producto con el objetivo de reducir los impactos ambientales adversos a lo largo del ciclo de vida de un producto».
El mayor reto es reducir los plásticos porque, aunque son prácticos y duraderos, son también caros y contaminantes a la hora de reciclarlos. Por eso te sonarán normativas europeas para intentar reducir los plásticos de un solo uso o el uso de determinados componentes químicos.
Tipos de envases ecológicos
Sectores como la alimentación, la hostelería o la cosmética y, por ejemplo, empresas de mensajería y transporte hacen un uso muy grande de envases y embalajes, por lo que también están en el punto de mira.
Muchas de estas empresas, sea por imagen o por conciencia, hacen un gran trabajo para reducir sus residuos:
Algunas de las novedades más interesantes son el uso de los llamados bioplásticos, que tienen unas propiedades similares a los plásticos, pero provienen de la fécula de vegetales; algas marinas; papel a partir de residuos de su propia fabricación o a partir de hierba; vidrios más ligeros y retornables… y muchas opciones más.
Naturalmente no siempre es fácil encontrar una alternativa que sea viable, pero la constante investigación hará que estas alternativas y otras muchas sean cada vez sea más sencillas y menos costosas.
Otras ideas van en la dirección de darles una segunda vida, como envases biodegradables o solubles, o incluso plantables.
Beneficios de los envases ecológicos
Con una perspectiva amplia, teniendo en cuenta el ciclo de vida completo de los productos y envases y sus posibilidades de ser reutilizados o de darles un uso distinto, se reducen las emisiones de carbono; se contamina menos; se fomenta la investigación y la innovación positivas; se evita la sobreexplotación de recursos naturales; se crean puestos de trabajo y se mejora la calidad de vida y la economía.
Y como siempre hay que tener en mente: el mejor residuo es el que no se produce.
Sugerencia: Hice un pedido hace un tiempo y me sorprendió la cantidad de papel que salió de unos simples zapatos. Fue entonces cuando me pregunté cómo se podrían aprovechar tantas hojas de papel fino y sedoso. Aquí encontrarás algunas ideas para reutilizar el papel tisú de tus pedidos.
Imagen: Karolina Kaboompics en Pexels