8 plantas de interior para un otoño acogedor

Con el otoño las temperaturas bajan y pasamos más tiempo en interiores. Es el momento perfecto para embellecer tu hogar con plantas de interior que no solo decoran, sino que también purifican el aire y elevan nuestro bienestar. Aquí te presentamos una lista de plantas ideales para esta temporada, junto con consejos sobre cómo mantenerlas saludables.

1. Sansevieria (Sansevieria trifasciata)

La Sansevieria trifasciata, también conocida como «lengua de suegra» o «espada de San Jorge», es una planta de interior muy resistente y fácil de cuidar. Se caracteriza por sus hojas largas y erectas de color verde oscuro con patrones más pálidos o amarillos.

Posee propiedades purificadoras del aire, ya que puede filtrar toxinas como el formaldehído y el benceno. Es una planta ideal para principiantes, tolera la sequía y la poca luz y libera oxígeno por la noche gracias al metabolismo ácido de las crasuláceas. 

2. Poto (Epipremnum aureum)

El Poto es una planta versátil y fácil de cuidar, ideal para interiores. Para mantener su vibrante color amarillo en las hojas variegadas, colócala en un lugar bien iluminado, pero sin exposición directa al sol, ya que esto podría hacer que palidezca. Es importante protegerla del frío; asegúrate de que la temperatura nunca caiga por debajo de los 10ºC. Aunque tolera bien el ambiente seco de interiores, beneficiará de pulverizaciones ocasionales en su follaje.

3. Nefrolepis (Nephrolepis exaltata)

Más conocida como «helecho espada» o «helecho rizado». Es una planta de sotobosque que prospera con luz indirecta, pero de buena calidad, evitando siempre el sol directo para no dañar sus delicadas hojas. Este helecho tiene un amor especial por la humedad, así que pulveriza su follaje frecuentemente, especialmente en invierno cuando la calefacción reseca el ambiente; una habitación más húmeda será su refugio perfecto.

Como particularidad, la nefrolepis prefiere ser regada desde abajo. Coloca la maceta sobre un plato con agua para que absorba lo que necesita y así evitar que el cogollo se pudra. Además, para mantener su vigor, aliméntala fertilizante líquido, utilizando solo la mitad de la dosis recomendada.

4. Ficus lira (Ficus lyrata)

Conocido como árbol lira o ficus lirado, este ficus se desenvuelve mejor en ambientes bien iluminados y soporta sin problemas el sol directo. En cuanto al riego, no es muy exigente, lo que lo convierte en una planta de bajo mantenimiento. Sin embargo, es importante tener en cuenta ciertos problemas que pueden surgir.

El exceso de agua puede causar amarilleamiento de las hojas, mientras que el exceso de calor, la sequedad del aire y la falta de ventilación pueden provocar quemaduras y caída de hojas. Si observas los bordes de las hojas marrones, es una señal de baja humedad en el aire, por lo que pulverizar sus hojas y limpiarlas con una esponja puede ser beneficioso.

Aunque el Ficus lyrata rara vez sufre plagas, podría verse afectado por cochinillas ocasionalmente. Además, las manchas en las hojas pueden indicar la presencia de hongos, por lo que es esencial mantener un buen nivel de ventilación y evitar el agua estancada.

5. Árbol de jade (Crassula ovata)

También se conoce como crásula ovata. Es una suculenta fascinante originaria de Sudáfrica que aporta un toque exótico y resistente a cualquier hogar. Durante otoño e invierno, deleita con pequeños racimos de flores estrelladas y blanquecinas.

Aunque es una de las plantas de interior más fáciles de cultivar, ten en cuenta que la floración es rara en un salón común.

Se encuentra a gusto tanto al sol como en semisombra. Un buen drenaje es esencial si decides plantarla en macetas. Es muy fácil de propagar mediante esquejes de tallo o semillas.

Sácala al aire libre desde primavera hasta finales de verano, permitiéndole disfrutar de esas brisas frescas.

6. Palmera de salón (Chamaedorea elegans)

Originaria de Centroamérica, es una joya verde que embellece interiores en todo el mundo. Proveniente de la familia Arecaceae, esta pequeña palmera, que rara vez supera los dos metros de altura, encuentra su hábitat perfecto tanto en interiores cálidos como en jardines costeros a la sombra. Sus hojas pinnadas, largas y compuestas de elegantes folíolos, y sus tallos que evocan las cañas de bambú, otorgan un aire tropical a cualquier espacio.

Para mantener esta palmera en todo su esplendor, ofrécele un ambiente de sombra o semisombra, ya que el pleno sol puede quemarla. No es amiga del frío, pero se siente como en casa en climas mediterráneos cálidos. Aprecia la humedad ambiental, aunque es adaptable; sin embargo, en los meses de verano, agradecerá una pulverización diaria con agua.

El sustrato fértil es su preferido, y deberá regarse con moderación, asegurándose de que nunca le falte humedad. En invierno, con dos riegos al mes es suficiente.

7. Alocasia, orejas de elefante (Alocasia wentii)

La alocasia brinda un toque exuberante y majestuoso con sus grandes hojas que recuerdan a las orejas de un elefante. Desde 1996, cuando solo se conocía la alocasia x amazónica en el mercado, su diversidad ha crecido exponencialmente, con nuevas variedades como la Alocasia wentii, conocida por su robustez.

Prefiere un lugar bien iluminado, pero evitando el sol directo para proteger sus hojas de quemaduras. Para mantener la humedad que tanto ama, es útil rociarla ocasionalmente con agua de lluvia o agua descalcificada, evitando siempre situarla cerca de radiadores que puedan secar el ambiente.

En invierno entra en un estado de reposo, por lo que necesita menos riego y fertilización. Una curiosidad de esta planta es la gutación, un fenómeno donde pequeños glóbulos de agua se forman en los bordes de las hojas después del riego. Este fenómeno, aunque vistoso, puede dañar muebles y suelos de madera, por lo que hay que tener un poco de cuidado con dónde se coloca.

8. Calatea (Calathea crocata)

Otra planta exótica, esta de origen brasileño, que transforma cualquier hogar en un oasis de belleza tropical. Con su imponente altura de 50 a 100 cm, destaca por sus hojas oblongas de un verde oscuro brillante en la parte superior y un sorprendente tono burdeos en la parte inferior. Lo que la diferencia de otras especies de su género son sus impresionantes flores anaranjadas que emergen en primavera y verano, siendo cultivada precisamente por su colorida floración.

Prefiere luz tamizada, lo que la hace perfecta para espacios con poca luz. Esta planta es una maestra en protegerse de la luz excesiva, plegando sus hojas como una sombrilla natural. Evita cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire frío.

Demanda alta humedad, algo que puede ser un desafío en interiores. Colocar la maceta sobre gravilla húmeda y pulverizar frecuentemente son estrategias eficaces. Un humidificador puede ser una excelente inversión para mantener su entorno ideal. Prospera mejor en macetas anchas que permita a sus raíces expandirse cómodamente.

En invierno riega cada 5 días con agua de lluvia o mineral; si es del grifo, acidifícala con limón o vinagre.

Consideraciones generales

Cada planta tiene sus necesidades de luz y humedad, pero en otoño e invierno, protegidas de los rigores exteriores, estas plantas de interior necesitan pocos cuidades. Eso sí, no olvides mantener las hojas limpias y, según cómo sean las temperaturas en tu zona, permíteles también disfrutar del aire libre en cuanto pasen los meses más crudos y llegue la oportunidad.

Incorpora estas plantas a tu decoración de otoño y disfruta de sus beneficios estéticos y saludables. Convierte tu hogar en un refugio verde y acogedor mientras te preparas para los meses más fríos.

Si puedes, no te prives del placer de visitar un invernadero cercano, pasear entre plantas y dejarte asesorar. Si no tienes esa oportunidad, aquí dejo algunas opciones para recibirlas cómodamente en casa:

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